lunes, 4 de noviembre de 2013

¡QUÉ PÁJARO ESTE HITCHCOCK!

Los guiones literarios de Hitchcock suelen ser piezas muy planificadas. Aquí va el ejemplo de una escena emblemática. ¡Prohibido su uso por alumnos en proceso de aprendizaje!

Aunque el guion de Los pájaros (1962) lo firma Evan Hunter, basado en un relato de Daphne du Maurier, podemos darnos cuenta de que esto no es el guion habitual redactado por un guionista, sino el dictado de un cineasta. Planos, detalles, e incluso el tempo de montaje están ahí.

  
Pero antes de leer la escena, os pongo en situación a los –benditos vosotros- que no la hayáis visto todavía. En un pueblecito norteamericano comienzan a sufrirse inopinados ataques de pájaros. Melanie, que ha venido al pueblo con intención de ligarse a un tipo interesante, se ve conviviendo con las gentes del lugar y sufriendo algún que otro ataque de las aves. Ahora va a avisar a la maestra del pueblo para que permita a los niños volver a sus hogares, por si acaso. Pero los niños están ensayando una canción y la maestra pide que les deje terminar. Mientras espera, Melanie se va afuera, a fumar al parquecito. Y aquí viene el guion:

PRIMER PLANO DE MELANIE
Perfil de Melanie mientras se sienta en el banco. Encuadre a tres cuartos sobre la escuela.

NIÑOS (OFF)
Cantan la canción, canción, canción...

PLANO MEDIO DEL PARQUE
Plano del parque detrás de Melanie.  Un CUERVO se posa en uno de los columpios.

PLANO CORTO DE MELANIE
Un plano más cercano de Melanie, que al estar de espaldas no ve al cuervo.

PLANO MEDIO DEL PARQUE
Cuatro cuervos más llegan y se posan.  
Los niños siguen cantando.

PLANO CORTO DE MELANIE
Plano más cerrado de Melanie fumando.

PLANO MEDIO DEL PARQUE
Cinco cuervos más llegan.

PRIMER PLANO DE MELANIE
Cabeza y hombros de Melanie mientras sigue fumando. No hay más sonido que las voces de los niños cantando desde la escuela. Melanie da caladas de vez en cuando y echa algún vistazo que otro a la escuela. Nos mantenemos en este plano de Melanie durante mucho tiempo, para que quede clara su ignorancia de lo que está ocurriendo detráscon los cuervos. Después de una espera de medio minuto por lo menos, la atención de Melanie se dirige hacia algo que pasa por encima de ella.

PLANO MEDIO DEL CIELO
Un cuervo desciende.

PLANO CORTO DE MELANIE
Sus ojos siguen el vuelo del cuervo.

PLANO MEDIO DEL CIELO
El cuervo vuela de izquierda a derecha y cruza el tejado del colegio.

PLANO CORTO DE MELANIE
Melanie gira la cabeza para seguir la trayectoria del cuervo, ya casi a punto de llegar al parque.

PLANO MEDIO PARQUE
El cuervo desciende lentamente sobre el parque mientras la CÁMARA LE SIGUE hacia abajo. Vemos por primera vez que el número de cuervos posados en el columpio es alarmante, casi 200 o 250. Este último cuervo se junta con el grupo.

Los niños siguen cantando.

PLANO CORTO DE MELANIE, la CÁMARA se ELEVA mientras ella se levanta alarmada.

PLANO MEDIO DEL PARQUE
El parque plagado de cuervos.

PLANO CORTO DE MELANIE
El rostro de Melanie horrizado.

PLANO MEDIO DEL PARQUE
Un plano más corto de los pájaros amenazantes.

Y aquí tenéis va la escena filmada:



Bueno bueno bueno… ¿No os lo decía? ¡Qué pájaro este Hitchcock! Le llaman el Mago del Suspense, pero resulta ser, a la vez, el Rey de la Sorpresa. Por qué tener que elegir pudiendo usar las dos cosas, se debía preguntar el buen Alfredo. Y así, dándole más información al espectador (los pájaros posándose detrás) y menos al personaje (Melanie ajena al asunto), utilizamos el mecanismo básico del suspense. ¡Melanie, tía, date la vuelta de una vez!

Pero, además –y aquí viene el grandioso juego de esta escena- cuando el espectador ya está metido en la mecánica de este suspense (llega otro cuervo, Melanie fumando, más cuervos, Melanie fumando…) es entonces cuando el tío Alfredo hace su gran quiebro, y nos restringe los planos de los cuervos y nos deja medio minuto con el primer plano de la ignorante de Melanie fumando con su estúpida parsimonia. ¡Ayyyyyyyy! ¡Pero venga, danos ese plano del columpio con el grupo de cuervos yaaaaa! Pero Alfredo no nos lo da. Y nos comemos las uñas. Y todavía tiene otro as guardado. Y es que, un simple cuervo llama la atención de Melanie y, al seguirle con la mirada, nos lleva por fin al columpio, donde en vez de esos quince pájaros que debería haber según nuestro cálculos, aparece un ejército de ¡más de doscientooooos! ¡Susto, sorpresa! Compartimos el escalofrío que siente Melanie.

Hitchcock nos maneja. Nos utiliza. Nos engaña. Y por todo eso, le queremos. Eternamente. Y como veréis, sus estrategias vienen ya dictadas en el guion –que ni siquiera firma-. Así que ánimo y afilad vuestros teclados. Seguro que hay muchas posibilidades para mejorar esa escena que os traéis entre manos. Quizá todo sea cuestión del punto de vista. Y de saber cuándo saltárselo, ¿no?

En fin… Qué pájaro… ¡qué pájaro este Hitchcock!


2 comentarios:

  1. De hecho, Fernando, ese guionista que mencionas, Evan Hunter, nunca existió como tal. No quiero decir que fuera un fantasma; simplemente, fue el seudónimo que utilizó para algunos guiones y algunas novelas el escritor Ed McBain, autor de procedimiento policial típico de los 50.

    También hizo el guión de LA MUJER SIN ROSTRO, trama de investigación psicoanalítica, puro suspense psicológico, pero esa es otra historia...

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  2. Otra historia que será tratada a fondo en el NUEVO PRÓTESIS. Próximamente en sus mejores pantallas libreras.

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